Estos tíos montan y se masturban en azoteas, a veces solo con una manta fina en el suelo, expuestos al viento. Hay una escena donde dos están contra un muro bajo, uno dándole palmadas en la espalda al otro mientras lo penetra. Se nota cómo el aire y los ruidos lejanos se mezclan con los jadeos. El lugar hace que cada roce se sienta más intenso.