Estos no son los típicos guaperas, son tíos de a pie, con pinta ruda, montándoselo en apartamentos hechos un desastre. Se dan duro en sofás hundidos, con la ropa medio rota. Uno, con una barba de tres días, está boca abajo en una alfombra cutre mientras le hacen de todo. Es real, sin filtros, y tiene su rollo.